Por el sufrimiento.
"JESUS YO CONFIO EN TI"
Por el sufrimiento.
Jesús no premia por el éxito apostólico en el trabajo, sino por el sufrimiento en realizarlo. Por eso no debemos esforzarnos tanto en el éxito de una empresa apostólica, tanto como en el ser constantes y pacientes en llevarla a cabo, a pesar de las contrariedades y dificultades, sabiendo que el Señor nos dará el premio por el sufrimiento que tengamos en dicha obra y no por los resultados de la misma.
Esto nos debe animar, porque si la obra tiene buen fruto también el Señor nos lo premiará; pero si queda sin fruto, igual recibiremos el premio de Jesús, porque habremos tenido la buena voluntad de hacer todo lo mejor que pudimos.
Entonces lo mismo puede decirse de nuestras oraciones, y aunque parezca que rezamos en vano, porque las personas por las que rezamos nunca cambian, nunca se convierten, en realidad la oración nunca vuelve vacía y tarde o temprano dará su fruto. Y aunque no den frutos, el Señor igual nos dará el premio.
La perseverancia es necesaria para toda empresa de Dios, porque quien no es perseverante no debe esperar obtener nada de Dios, como lo dice el Apóstol.
Jesús, en Vos confío.
Jesús no premia por el éxito apostólico en el trabajo, sino por el sufrimiento en realizarlo. Por eso no debemos esforzarnos tanto en el éxito de una empresa apostólica, tanto como en el ser constantes y pacientes en llevarla a cabo, a pesar de las contrariedades y dificultades, sabiendo que el Señor nos dará el premio por el sufrimiento que tengamos en dicha obra y no por los resultados de la misma.
Esto nos debe animar, porque si la obra tiene buen fruto también el Señor nos lo premiará; pero si queda sin fruto, igual recibiremos el premio de Jesús, porque habremos tenido la buena voluntad de hacer todo lo mejor que pudimos.
Entonces lo mismo puede decirse de nuestras oraciones, y aunque parezca que rezamos en vano, porque las personas por las que rezamos nunca cambian, nunca se convierten, en realidad la oración nunca vuelve vacía y tarde o temprano dará su fruto. Y aunque no den frutos, el Señor igual nos dará el premio.
La perseverancia es necesaria para toda empresa de Dios, porque quien no es perseverante no debe esperar obtener nada de Dios, como lo dice el Apóstol.
Jesús, en Vos confío.
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