Misericordia.
"JESUS YO CONFIO EN TI"
Misericordia.
Si no socorremos a los necesitados, ya sea de bienes materiales, como de bienes espirituales y morales, seremos juzgados severamente por el Señor, porque Dios ha permitido que en el mundo haya sufrimientos y miserias de todas clases no porque Él quiera ver sufrir a sus hijos, sino para dar la posibilidad a los hombres de practicar la misericordia y la compasión, el bien y las buenas obras.
Porque debemos saber que los hombres, por ser hijos de Dios, debemos tener la misericordia como semejanza con Él, ya que si Dios es infinitamente misericordioso y este es su mayor atributo, también los hijos debemos tener esta característica para parecernos más a Dios.
¡Ay de nosotros si somos duros e inmisericordes con los hermanos!, porque no hallaremos misericordia en Dios para nosotros y nos condenaremos, ya que nadie se puede salvar en justicia sino solo nos salvamos por la pura misericordia de Dios.
Estamos a tiempo todavía. Si hemos sido duros o indiferentes hasta hoy, ya no más. Compadezcámonos de las miserias y dolores ajenos, recordando que Cristo está realmente presente en todo aquel que sufre de alguna forma y en los necesitados, ya sea de bienes materiales, como de cariño, comprensión y ayuda espiritual o moral.
Hagamos obras de misericordia porque así anticiparemos nuestro juicio, ya que haciendo estas buenas obras de compasión, el Señor no nos juzgará e iremos directamente al Cielo.
Si no socorremos a los necesitados, ya sea de bienes materiales, como de bienes espirituales y morales, seremos juzgados severamente por el Señor, porque Dios ha permitido que en el mundo haya sufrimientos y miserias de todas clases no porque Él quiera ver sufrir a sus hijos, sino para dar la posibilidad a los hombres de practicar la misericordia y la compasión, el bien y las buenas obras.
Porque debemos saber que los hombres, por ser hijos de Dios, debemos tener la misericordia como semejanza con Él, ya que si Dios es infinitamente misericordioso y este es su mayor atributo, también los hijos debemos tener esta característica para parecernos más a Dios.
¡Ay de nosotros si somos duros e inmisericordes con los hermanos!, porque no hallaremos misericordia en Dios para nosotros y nos condenaremos, ya que nadie se puede salvar en justicia sino solo nos salvamos por la pura misericordia de Dios.
Estamos a tiempo todavía. Si hemos sido duros o indiferentes hasta hoy, ya no más. Compadezcámonos de las miserias y dolores ajenos, recordando que Cristo está realmente presente en todo aquel que sufre de alguna forma y en los necesitados, ya sea de bienes materiales, como de cariño, comprensión y ayuda espiritual o moral.
Hagamos obras de misericordia porque así anticiparemos nuestro juicio, ya que haciendo estas buenas obras de compasión, el Señor no nos juzgará e iremos directamente al Cielo.
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