Un buen consejo.
"JESUS YO CONFIO EN TI"
Un buen consejo.
Un buen consejo puede tener consecuencias muy grandes, puesto que la persona que lo recibe no sólo se beneficia ella si lo acepta, sino que puede ser origen de muchas buenas obras y salvación de almas.
Nunca demos malos consejos ni incitemos a ninguno al mal y a la maledicencia, porque si hasta de toda palabra ociosa pedirá cuenta el Señor en el Juicio, ¡cuánto más pedirá cuenta en el Juicio de toda palabra mala y de todo consejo diabólico!
Efectivamente cuando damos un mal consejo, hacemos la función del demonio, que aconsejó a Eva a desobedecer a Dios. ¡Cuántos hay que aconsejan un divorcio, un aborto, un crimen, una venganza, un suicidio! Tal vez nosotros lo hemos hecho alguna vez. Entonces es tiempo de arrepentirnos y purificar nuestro interior, creando en nosotros un nuevo corazón, para saber aconsejar cosas buenas, siendo así semejantes a los Ángeles Custodios, que saben dar siempre buenos consejos a los que están bajo su tutela.
Dios nos da tiempo y nunca es tarde para volver a empezar. Sólo es tarde cuando ya estamos condenados en el Infierno. Pero mientras tanto, si tenemos vida sobre la tierra, estamos a tiempo de cambiar y hacer penitencia, volvernos buenos consejeros, tratando de borrar el mal que hemos hecho, con el bien que podemos hacer ahora y en el futuro que Dios, misericordiosamente, nos otorga.
No perdamos tiempo inútilmente, porque todos tenemos pecados y todos hemos fallado a Dios y a los hermanos. A partir de hoy, de ahora mismo, comenzaremos una nueva vida, siendo como ángeles buenos que guían a sus hermanos hacia el Cielo y no hacia el Abismo infernal.
Jesús, en Vos confío.
Un buen consejo.
Un buen consejo puede tener consecuencias muy grandes, puesto que la persona que lo recibe no sólo se beneficia ella si lo acepta, sino que puede ser origen de muchas buenas obras y salvación de almas.
Nunca demos malos consejos ni incitemos a ninguno al mal y a la maledicencia, porque si hasta de toda palabra ociosa pedirá cuenta el Señor en el Juicio, ¡cuánto más pedirá cuenta en el Juicio de toda palabra mala y de todo consejo diabólico!
Efectivamente cuando damos un mal consejo, hacemos la función del demonio, que aconsejó a Eva a desobedecer a Dios. ¡Cuántos hay que aconsejan un divorcio, un aborto, un crimen, una venganza, un suicidio! Tal vez nosotros lo hemos hecho alguna vez. Entonces es tiempo de arrepentirnos y purificar nuestro interior, creando en nosotros un nuevo corazón, para saber aconsejar cosas buenas, siendo así semejantes a los Ángeles Custodios, que saben dar siempre buenos consejos a los que están bajo su tutela.
Dios nos da tiempo y nunca es tarde para volver a empezar. Sólo es tarde cuando ya estamos condenados en el Infierno. Pero mientras tanto, si tenemos vida sobre la tierra, estamos a tiempo de cambiar y hacer penitencia, volvernos buenos consejeros, tratando de borrar el mal que hemos hecho, con el bien que podemos hacer ahora y en el futuro que Dios, misericordiosamente, nos otorga.
No perdamos tiempo inútilmente, porque todos tenemos pecados y todos hemos fallado a Dios y a los hermanos. A partir de hoy, de ahora mismo, comenzaremos una nueva vida, siendo como ángeles buenos que guían a sus hermanos hacia el Cielo y no hacia el Abismo infernal.
Jesús, en Vos confío.
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