La Misericordia de Dios es infinita.
La Misericordia de Dios es infinita.
La Misericordia de Dios es infinita, pero nosotros podemos limitarla por nuestra falta de confianza en ella.
La Misericordia de Dios es infinita, pero nosotros no somos eternos, y solo podemos recibir la Misericordia divina en el tiempo de vida que tenemos en este mundo, ya que luego viene la muerte y el juicio, y ya no será tiempo de misericordia sino de Justicia.
La Misericordia de Dios es una puerta abierta hacia el Cielo, hacia la salvación. Pero ya el Señor nos avisa que de un momento a otro el dueño de casa se levantará y cerrará la puerta, y los que queden afuera llorarán y se lamentarán. Por eso aprovechemos el tiempo de vida que Dios nos concede para arrepentirnos de nuestros pecados y confesarnos con el sacerdote, porque esta es la puerta a la que se refiere el Señor, y que se puede cerrar de un momento a otro con nuestra muerte, y ya no tendremos modo de entrar por ella, y nos condenaremos para siempre. Esto tal vez nos asuste un poco, pero es mejor asustarse en esta vida, que aterrorizarnos eternamente en el Infierno.
Llevemos al sacerdote al lecho del enfermo, ya que así le estamos acercando y abriendo la puerta a la que él ya no puede allegarse.
Jesús, en Vos confío.
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