sin envidia

"JESUS YO CONFIO EN TI"

Sin envidia. 
579 Sé que las gracias que Dios me concede, a veces son exclusivamente para ciertas almas. Este conocimiento me llena de un gran gozo; siempre me alegro del bien de otras almas como si lo poseyera yo misma. 
Comentario: 
Dice la Sagrada Escritura que por envidia del diablo entró la muerte en el mundo. Y pocas veces meditamos que la envidia es semillero de pecados. Por eso especialmente en la vida de piedad, no debemos envidiar a nadie, sino alegrarnos de que otros reciban muchos dones y se conviertan y acerquen a Dios, porque ésa es nuestra misión, acercar a los hombres al Señor.
Muchas veces nos entristecemos cuando vemos que a alguien le va bien, o recibe alguna gracia o milagro. Eso demuestra que tenemos envidia en nuestro interior. ¡Que no suceda nunca más de esa forma, sino alegrémonos siempre cuando alguien recibe un bien o una gracia!
Y estemos contentos que Dios nos ama infinitamente, y que nos da dones y gracias por encima de los que merecemos.
Caín también envidió a Abel, y Judas Iscariote envidió a Cristo, y así podemos remontarnos en la historia o hundirnos en el futuro, que encontraremos que la envidia es causa de asesinatos y maldades, y que incluso fue causa de deicidio.
Para no tener envidia, debemos saber controlar las miradas, los ojos. Porque el ojo ve la riqueza del rico, y apetece la riqueza; ve la carne de la mujer, y apetece la carne; ve el poder de los poderosos, y quiere reinar. Si tenemos un ojo morigerado y casto, sin codicias, entonces no seremos envidiosos y Dios nos regalará tantos y tales dones, que no tendremos motivo de envidiar a ninguno.
Jesús, en Vos confío.

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