Enseñar al que no sabe.

Enseñar al que no sabe. 

Se debe enseñar el bien y lo bueno a quien no lo sabe, porque la Sagrada Escritura promete que quien enseñe la justicia a las gentes, brillará como las estrellas del cielo.
En cambio hay que cuidarse de enseñar el mal, porque esta no sería una obra de misericordia sino de maldad. Y esto hoy se hace especialmente con los niños y con los jóvenes, que ya desde la más tierna infancia se les enseña el camino del pecado, en las mismas escuelas y jardines de infantes adonde asisten. ¿Qué castigo les está reservado a los que escandalizan a los pequeños y a los jóvenes? No es expresable en términos humanos.
Entonces debemos enseñar el bien a todos, sin humillar y con humildad, porque lo que hemos recibido de capacidad intelectual o los conocimientos que hemos adquirido por voluntad de Dios no son nuestros sino que Dios nos los ha confiado para que los usemos para el bien de todos.
Incluso no hace falta enseñar religión o las cosas de fe para cumplir con esta obra de misericordia, sino que todo el que enseña con espíritu de caridad al hermano que está en la ignorancia, cumple con esta obra tan necesaria de instrucción.
Y recordemos que nadie ama lo que no conoce, por eso si enseñamos la doctrina católica, haremos que muchos la amen y amen a Dios sobre todas las cosas. Así que enseñar el catecismo es obra de misericordia excelente, tal vez la mejor.
Jesús, en Vos confío.

Comentarios

  1. Actuar de corazón; consientes que damos a Dios en cada necesitado; cada enfermo; preso etc.

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  2. Actuar de corazón; consientes que damos a Dios en cada necesitado; cada enfermo; preso etc.

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  3. Hay cuatro circunstancias aquí; 1- Enseñar al que no sabe; 2- Enseñar al que no sabe que no sabe; 3- Enseñar al que no acepta que no sabe; y, enseñar al que sabe que no saber pero que no ve la necesidad de aprender. En cada una de ellas la estrategia varía; las mas difíciles son la 3 y la 4, porque allí la ignorancia se reviste de soberbia y autosuficiencia. La estrategia cambia, pero la herramienta es la misma: el amor.

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