15 MINUTOS CON JESUS
Quince minutos con Jesús Misericordioso
Jesús, tú eres Bueno, eres infinitamente Bueno. Déjame que vaya a tus pies, o mejor aún, deja que me recueste sobre tu pecho para tomar fuerzas y enfrentar las pruebas de la vida. Tú me proteges y me amas infinitamente. Debo estar bien seguro de ello. Tú me has creado por amor, me has redimido por amor y quieres que esté contigo en el Cielo para gozar de tu amor eterno e ilimitado. ¡Qué alegría Señor que seas tan Bueno!, porque así me das confianza para que me acerque a ti como un niño pequeño se acerca a su papá que lo ama tanto. Señor, te doy gracias porque me amas. No permitas que me condene. Te doy completa libertad para que hagas de mí lo que quieras con tal de que yo me salve y vaya a gozar de Ti al Cielo, porque me has creado para ser feliz a tu lado y, sin ti no puedo vivir. El Infierno es horrible por los tormentos, pero mucho más horrible es porque no estás tú, Señor. ¡Que no te pierda, Dios mío! ¡Sálvame por tu Misericordia!
Jesús, tú eres Bueno, eres infinitamente Bueno. Déjame que vaya a tus pies, o mejor aún, deja que me recueste sobre tu pecho para tomar fuerzas y enfrentar las pruebas de la vida. Tú me proteges y me amas infinitamente. Debo estar bien seguro de ello. Tú me has creado por amor, me has redimido por amor y quieres que esté contigo en el Cielo para gozar de tu amor eterno e ilimitado. ¡Qué alegría Señor que seas tan Bueno!, porque así me das confianza para que me acerque a ti como un niño pequeño se acerca a su papá que lo ama tanto. Señor, te doy gracias porque me amas. No permitas que me condene. Te doy completa libertad para que hagas de mí lo que quieras con tal de que yo me salve y vaya a gozar de Ti al Cielo, porque me has creado para ser feliz a tu lado y, sin ti no puedo vivir. El Infierno es horrible por los tormentos, pero mucho más horrible es porque no estás tú, Señor. ¡Que no te pierda, Dios mío! ¡Sálvame por tu Misericordia!
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