Tiempo de Misericordia
"JESUS YO CONFIO EN TI"
Tiempo de Misericordia
Jesús Misericordioso, sé que ya estamos en el tiempo de la Misericordia, que luego de este tiempo vendrá el Día terrible de la Justicia. Por eso te pido que derrames tu infinita Misericordia sobre los pobres pecadores, que van a la deriva y, engañados por Satanás, se alejan cada vez más de ti. Jesús ¿qué será de ellos si no acogen tu Misericordia? Estarán perdidos para siempre. ¡Qué horrible es condenarse, Señor! Con el solo hecho de estar para siempre lejos de Ti, el Infierno ya es espantoso. El no verte nunca más, por los siglos de los siglos, es tormento mayor que todas las penas y sufrimientos corporales. Jesús, por el amor que te tenemos, ten misericordia de todo el mundo y ayúdanos a hacer apostolado para llevar almas a Ti, a tu tribunal que es la Confesión, donde derramas tu infinita misericordia. Señor, piedad de todos los hombres, porque como cuando tú fuiste crucificado, hoy también hay que decir: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen ni lo que dicen”. Jesús, no nos abandones a las potencias del mal, que nos odian sobremanera y quieren alejar al mayor número de almas de la Fuente de Vida que eres Tú. Piedad, Señor, y misericordia. Que tu Madre aplaste nuevamente la cabeza de la serpiente infernal y que el triunfo de tu amor resplandezca por toda la tierra. ¡Te amamos, Jesús, y esperamos en ti!
Jesús Misericordioso, sé que ya estamos en el tiempo de la Misericordia, que luego de este tiempo vendrá el Día terrible de la Justicia. Por eso te pido que derrames tu infinita Misericordia sobre los pobres pecadores, que van a la deriva y, engañados por Satanás, se alejan cada vez más de ti. Jesús ¿qué será de ellos si no acogen tu Misericordia? Estarán perdidos para siempre. ¡Qué horrible es condenarse, Señor! Con el solo hecho de estar para siempre lejos de Ti, el Infierno ya es espantoso. El no verte nunca más, por los siglos de los siglos, es tormento mayor que todas las penas y sufrimientos corporales. Jesús, por el amor que te tenemos, ten misericordia de todo el mundo y ayúdanos a hacer apostolado para llevar almas a Ti, a tu tribunal que es la Confesión, donde derramas tu infinita misericordia. Señor, piedad de todos los hombres, porque como cuando tú fuiste crucificado, hoy también hay que decir: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen ni lo que dicen”. Jesús, no nos abandones a las potencias del mal, que nos odian sobremanera y quieren alejar al mayor número de almas de la Fuente de Vida que eres Tú. Piedad, Señor, y misericordia. Que tu Madre aplaste nuevamente la cabeza de la serpiente infernal y que el triunfo de tu amor resplandezca por toda la tierra. ¡Te amamos, Jesús, y esperamos en ti!
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