Dios también es Justo.
"JESUS YO CONFIO EN TI"
Dios también es Justo.
Vi al Ángel de la Guarda que me dijo seguirlo. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas, sólo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mí no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios. Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el Purgatorio. Las almas llaman a María "La Estrella del Mar". Ella les trae alivio. Deseaba hablar más con ellas, sin embargo mi Ángel de la Guarda me hizo seña de salir. Salimos de esa cárcel de sufrimiento. [Oí una voz interior] que me dijo: Mi misericordia no lo desea, pero la justicia lo exige. A partir de aquel momento me uno más estrechamente a las almas sufrientes. (Diario #20)
Comentario:
Dios es infinitamente misericordioso pero también es infinitamente justo. Por eso todas las culpas deben ser pagadas, si no en la tierra, será en el Purgatorio o, lo que es peor, en el Infierno por toda la eternidad.
Por eso el que no aprovecha su vida para hacer penitencia por los pecados cometidos en su vida, es un inconsciente que por no querer reparar y sufrir en la tierra por un tiempo, tendrá que soportar sufrimientos muy grandes en el otro mundo.
¡Ay de los que gozan en este mundo y no reparan por las culpas cometidas!, les espera un largo Purgatorio.
Aprovechemos que tenemos esta vida terrena, que estamos en el tiempo propicio, en el tiempo de la Misericordia divina, y hagamos méritos y reparación por nuestra vida pasada, puesto que es mejor pagar aquí en la tierra que en el otro mundo.
No nos compadezcamos de quien es justo y sufre, sino más bien compadezcámonos de quien es pecador y goza en este mundo, porque le espera un más allá lleno de sufrimientos, ya sea en el Purgatorio o en el Infierno.
¡Qué locura es desaprovechar el tiempo presente sin hacer penitencia!
Pero sobre todo tenemos que reparar con el amor, porque Dios perdona mucho y olvida todo lo malo, a quien le ama. Entonces amemos mucho a Dios y tendremos una eternidad feliz, y pasaremos de esta vida terrena directamente al Paraíso.
Dios también es Justo.
Vi al Ángel de la Guarda que me dijo seguirlo. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas, sólo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mí no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios. Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el Purgatorio. Las almas llaman a María "La Estrella del Mar". Ella les trae alivio. Deseaba hablar más con ellas, sin embargo mi Ángel de la Guarda me hizo seña de salir. Salimos de esa cárcel de sufrimiento. [Oí una voz interior] que me dijo: Mi misericordia no lo desea, pero la justicia lo exige. A partir de aquel momento me uno más estrechamente a las almas sufrientes. (Diario #20)
Comentario:
Dios es infinitamente misericordioso pero también es infinitamente justo. Por eso todas las culpas deben ser pagadas, si no en la tierra, será en el Purgatorio o, lo que es peor, en el Infierno por toda la eternidad.
Por eso el que no aprovecha su vida para hacer penitencia por los pecados cometidos en su vida, es un inconsciente que por no querer reparar y sufrir en la tierra por un tiempo, tendrá que soportar sufrimientos muy grandes en el otro mundo.
¡Ay de los que gozan en este mundo y no reparan por las culpas cometidas!, les espera un largo Purgatorio.
Aprovechemos que tenemos esta vida terrena, que estamos en el tiempo propicio, en el tiempo de la Misericordia divina, y hagamos méritos y reparación por nuestra vida pasada, puesto que es mejor pagar aquí en la tierra que en el otro mundo.
No nos compadezcamos de quien es justo y sufre, sino más bien compadezcámonos de quien es pecador y goza en este mundo, porque le espera un más allá lleno de sufrimientos, ya sea en el Purgatorio o en el Infierno.
¡Qué locura es desaprovechar el tiempo presente sin hacer penitencia!
Pero sobre todo tenemos que reparar con el amor, porque Dios perdona mucho y olvida todo lo malo, a quien le ama. Entonces amemos mucho a Dios y tendremos una eternidad feliz, y pasaremos de esta vida terrena directamente al Paraíso.
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