Fragmento del Diario de Santa Faustina Kowalska,
Fragmento del Diario de Santa Faustina Kowalska,"La Divina Misericordia en mi alma", con comentario
471 Un día en que estaba en la adoración, y mi espíritu como si estuviera en agonía [añorándolo] a Él y no lograba retener las lágrimas, vi a un espíritu de gran belleza, que me dijo estas palabras: No llores, dice el Señor. Un momento después pregunté: ¿Quién eres? Y él me contestó: Soy uno de los siete espíritus que día y noche están delante del trono de Dios y lo adoran sin cesar. Sin embargo este espíritu no alivió mi añoranza, sino que suscitó en mí un anhelo más grande de Dios. Este espíritu es muy bello y su belleza se debe a una estrecha unión con Dios. Este espíritu no me deja ni por un momento, me acompaña en todas partes.
Comentario:
Todos tenemos un Ángel Custodio puesto por Dios a nuestro lado, que nos cuida y trata de llevarnos al Cielo. Cuando la misión de un alma es grande sobre la tierra, entonces Dios da un espíritu superior, por ejemplo un Arcángel, como es el caso de Sor Faustina, que goza de la compañía de uno de los Siete Espíritus que están ante el Trono de Dios día y noche. Nosotros debemos tener una gran devoción a nuestro Ángel Custodio, porque es nuestro mejor amigo después de Dios y de María, y es el más interesado en que alcancemos el Cielo para el que fuimos creados por Dios, donde seremos eternamente felices. Entonces recémosle todos los días y varias veces por día a nuestro Ángel: “Ángel de Dios que eres mi custodio, ya que la Soberana Piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname. Amén”. Porque el que Dios haya puesto a uno de sus ángeles a nuestro servicio es un acto de gran misericordia hacia nosotros, pobres hombres.
Jesús, en Vos confío.
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