El mal no viene de Dios.
El mal no viene de Dios.
Una verdad que debemos tener siempre bien clara es que el mal, todo el mal que hay en el mundo y en el universo, no viene de Dios, sino de Satanás. Por eso cuando veamos a una criatura que sufre o padece alguna enfermedad o sufrimiento de algún tipo, sepamos que esa persona sufre por el Maligno. Lo demostró claramente Jesús en el Evangelio cuando curaba toda clase de enfermedades y dolencias, y dice el texto que de muchos salían espíritus impuros, demonios, gritando quién era Él. Hay que saber que el Diluvio universal no lo provocó Dios sino los hombres malvados unidos a Satanás. Lo mismo que el fuego que cayó sobre Sodoma y Gomorra, porque Dios no causa nunca el mal, sino que Él es todo Bondad, es la Bondad infinita y eterna. Cuando se dice que Dios castiga, no se refiere a que Dios causa el mal, sino que permite que nos sucedan desgracias y ese es el castigo de Dios, el dejarnos librados al mal. Por eso debemos rezar mucho para que Dios nunca nos desampare y nos libre de las manos de Satanás y de todos sus demonios, que son los causantes de todo el mal que hay en el mundo.
Jesús, en Vos confío
Una verdad que debemos tener siempre bien clara es que el mal, todo el mal que hay en el mundo y en el universo, no viene de Dios, sino de Satanás. Por eso cuando veamos a una criatura que sufre o padece alguna enfermedad o sufrimiento de algún tipo, sepamos que esa persona sufre por el Maligno. Lo demostró claramente Jesús en el Evangelio cuando curaba toda clase de enfermedades y dolencias, y dice el texto que de muchos salían espíritus impuros, demonios, gritando quién era Él. Hay que saber que el Diluvio universal no lo provocó Dios sino los hombres malvados unidos a Satanás. Lo mismo que el fuego que cayó sobre Sodoma y Gomorra, porque Dios no causa nunca el mal, sino que Él es todo Bondad, es la Bondad infinita y eterna. Cuando se dice que Dios castiga, no se refiere a que Dios causa el mal, sino que permite que nos sucedan desgracias y ese es el castigo de Dios, el dejarnos librados al mal. Por eso debemos rezar mucho para que Dios nunca nos desampare y nos libre de las manos de Satanás y de todos sus demonios, que son los causantes de todo el mal que hay en el mundo.
Jesús, en Vos confío
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