Quince minutos con Jesús Misericordioso
Quince minutos con Jesús Misericordioso
Salvar almas
Jesús, quiero salvar almas para que tú estés contento y así darte consuelo. Mi vida a veces es monótona y gris, pero sé que las cosas de todos los días, si las realizo con amor, tienen un gran valor para la salvación de las almas y mi propia santificación. Y cuanto más santo sea yo, tanta mayor capacidad tendré para salvar almas. ¿Y en qué consiste la santidad? En amarte con todo el corazón y con todas las fuerzas. Eso no me será difícil porque te amo con toda mi alma, Jesús mío, y te pido que aumentes tu amor en mí para que cada día te ame más. Señor, a veces caigo por debilidad, por eso te pido que tengas mucha misericordia de mí que soy tan frágil y caigo a cada paso. Pero tú eres la Compasión y la Piedad y te apiadas de mí. Estoy feliz de tenerte como mi gran Amigo y siento que tú nunca me abandonarás, porque aunque yo caiga en pecado, sé que tú no te alejarás de mí y me tenderás tu mano para que me levante del fango y vuelva a subir hacia tu Luz. Jesús, sé que eres la Bondad infinita y quiero aprovecharme de ello para aumentar cada día más mi confianza en ti. Ya no me siento solo porque sé que tú estás siempre a mi lado, con tu cuerpo glorioso, y si estoy en gracia de Dios, sé que tú habitas en mi corazón. ¡Te amo, Jesús mío! ¡Ten piedad de mí!
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